Escrito para vos.

 

Hoy te escribo a vos. A vos que cada mañana escuchás la alarma del despertador y amanecés conmigo. A vos que me esperás tras la puerta del baño y recorrés cada rincón de los 43 metros cuadrados sin despegarte de mí.

A vos que me acompañás al supermercado, a la farmacia, al kiosco e incluso a caminar bajo los rayos ardientes del sol de verano o las frías tardes oscuras de invierno, cuando necesito desconectar. A vos que te subís a mi bicicleta sin preguntar, que compartís mi comida, que leés mis libros.

A vos que te alegrás con cada salida al bar y brotás como flor en primavera, demostrándole a los demás lo dispuesta y autosuficiente que sos. A vos que en mis 25 tendiste la mano para levantarme luego de una batalla perdida y fuiste capaz de mostrarme un mundo nuevo convencida de que no todo estaba perdido. A vos que me prestás tu hombro para derramar las extensas lágrimas que salen con cada angustia, frustración o decepción.

A vos que me animaste a romper las barreras de la razón, que flameaste la bandera del “vos podés” en cada momento clave, que supiste despertar la curiosidad logrando que vaya en contra de la corriente. A vos pequeña caprichosa que te cuesta soltarme porque creés que aún tengo demasiado que aprender a tu lado, que encendés y apagás mi fuego interno cuando creés conveniente. A vos en cuyo nombre se escriben y cantan canciones populares que para mí sólo quedan ahí, en una letra, ya que no todos somos capaces de vivenciarte por siempre (mi mayor admiración para aquellos que sí).

A vos te digo que estoy lista para dejarte partir con la promesa de que te traeré a mi memoria cual foto vieja que desempolvo de vez en cuando del cajón para rememorar las viejas andanzas, aventuras, amistades, amores y, por sobre todo, las enseñanzas que el recorrido a tu lado me ha dejado (¡la cantidad de momentos juntas, creo que no entrarían en ningún cajón!).

Hoy te hablo a vos, querida soltería, porque estoy lista para decirte adiós dándole lugar a un nuevo estado para el cual me has preparado durante tantos años. Hoy te agradezco a vos, vieja amiga, por la mujer que con tanto esfuerzo has logrado formar.